En estos tiempos donde la incertidumbre está a la orden del día, parece ser necesario buscar maneras de bajar algunas tensiones mentales. Pero ¿Cuál es la mejor forma para evitar que aparezcan pensamientos negativos o que nos hagan sentir mal? En esta nota vamos a hablar de cómo la meditación puede ayudarnos a hacerlo.
En primer lugar tenemos que recordar que la mente puede y debe ejercitarse como cualquier otra parte del cuerpo. Muchas veces nos ocupamos más en nuestro exterior que en nuestro interior. Sabemos lo importante que es la actividad física para lucir bien, conociendo incluso los beneficios psíquicos que trae hacer ejercicio. Yoga, calistenia, o simplemente salir a correr [no todos al mismo tiempo por favor] son actividades habituales para todos nosotros. El problema viene cuando dejamos nuestro interior un poco olvidado dando por hecho algunas maneras de pensar y sentir que tenemos habitualmente (o no). Sin embargo, en estos días de cuarentena puede que nuestra mente esté pidiendo un poco de la atención que no siempre le damos. Entonces ¿Cómo podemos hacer para ejercitarla?
Hay muchas y distintas maneras de ejercitar nuestra mente. Podemos ejercitar nuestro pensamiento lógico matemático por ejemplo, para lo que existen distintos ejercicios y actividades. En este caso nos referimos a ejercitar la mente para poder bajar tensiones e intentar calmar algunos pensamientos y emociones. Un camino interesante para lograr esto es la meditación.
La meditación es una práctica para entrenar la mente induciendo un modo de conciencia a partir de la relajación y la construcción de la energía interna que nos permita sostener la concentración en un punto sin esfuerzo. Puede que relaciones la meditación únicamente con una disciplina del oriente, o tal vez al Budismo, pero en realidad es practicada por distintas religiones tanto de oriente como de occidente. La meditación ha roto los límites exclusivamente espirituales al captar la atención del ámbito científico el cual la ha estudiado para conocer sus beneficios. De hecho hay distintas investigaciones que proponen que la meditación aumenta la materia gris de algunas zonas del cerebro así como también la corteza cerebral, ralentizando el proceso de adelgazamiento que se produce con la vejez.
3 claves para acercarnos a la meditación
1. Contexto adecuado.
El contexto para meditar es muy importante. Hay que encontrar un momento en el que podamos estar tranquilos, sin interrupciones. Es fundamental apagar los dispositivos electrónicos y avisar a las personas con las que convivimos que por un rato no vamos a estar disponibles.
2. Activar la conciencia del cuerpo.
Una vez que el ambiente sea el adecuado tenemos que activar la conciencia sobre nuestro cuerpo. Para esto nos sentamos en una posición en la que estemos cómodos y enfocamos toda la atención en nuestro cuerpo, en nuestros sentidos. Intentamos bajar el ritmo de la respiración y relajar todos los músculos uno por uno. Mantener el foco en nuestro organismo durante la práctica es muy importante para correr la mente de los lugares comunes.
3. Dejar fluir los pensamientos.
Durante este tiempo en el que intentamos estar enfocados en nuestro cuerpo es probable que puedan venirse a la cabeza pensamiento que nos traigan distintas emociones tanto positivas como negativas. Es importante no luchar contra estos, sino transitarlos y dejarlos ir evitando poner el foco en ellos.
Tené en cuenta que la meditación puede ser positiva para tu mente, pero si no mejora tu estado de ánimo y el estrés sigue afectando tu vida cotidiana, por supuesto que la mejor recomendación es la de buscar asistencia profesional con un psicólogo.
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